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Las palabras tienen poder. Pueden crear o destruir, sanar o herir, inspirar o desanimar. Por eso, el primer acuerdo tolteca, propuesto por el médico y escritor mexicano Miguel Ruiz en su libro Los cuatro acuerdos, es ser impecable con tus palabras.
Ser impecable con tus palabras significa usar el lenguaje de forma positiva, honesta y constructiva. Significa expresar la verdad con amor y respeto, tanto hacia uno mismo como hacia los demás. Significa evitar las palabras que nos descalifiquen, nos juzguen, nos mientan o nos manipulen.
¿Por qué es tan importante ser impecable con nuestras palabras? Porque las palabras son el instrumento más poderoso que tenemos para comunicarnos y manifestar nuestra realidad. Como dice el autor, “lo que sale de tu boca es lo que eres tú”. Con nuestras palabras podemos crear sueños de felicidad o de infelicidad, para nosotros y para los demás.
¿Cómo ser impecable con nuestras palabras?
Ser impecable con nuestras palabras no es fácil, pero tampoco es imposible. Requiere de conciencia, voluntad y práctica. Aquí te comparto algunos consejos que pueden ayudarte a lograrlo:
- Habla solo cuando sea necesario y con un propósito positivo. No hables por hablar, ni para llenar el silencio, ni para impresionar a los demás. Habla para expresar tu verdad, para compartir tu conocimiento, para ofrecer tu ayuda, para dar las gracias, para pedir perdón, para elogiar, para bendecir.
- Evita las palabras que te descalifiquen o te juzguen. No te digas a ti mismo cosas como “soy tonto”, “soy feo”, “soy un fracaso”, “no puedo”, “no merezco”. Estas palabras solo te hacen daño y te limitan. Reemplázalas por afirmaciones positivas que te empoderen y te motiven, como “soy inteligente”, “soy hermoso”, “soy un éxito”, “puedo”, “mereczo”.
- Evita las palabras que descalifiquen o juzguen a los demás. No digas a los demás cosas como “eres tonto”, “eres feo”, “eres un fracaso”, “no puedes”, “no mereces”. Estas palabras solo generan conflicto, rencor y violencia. Respeta la diversidad y la libertad de los demás, y trata de comprender su punto de vista. Si tienes algo que decir, dilo con amor y respeto, y solo si te lo piden o si es necesario.
- Evita las palabras que mientan o manipulen. No digas cosas que no son ciertas, ni que oculten la verdad, ni que tergiversen la realidad. No digas cosas para engañar, para aprovecharte, para controlar o para chantajear a los demás. Sé honesto y transparente en todo lo que digas, y cumple con tu palabra. Si no puedes o no quieres hacer algo, dilo claramente y sin excusas.
- Evita las palabras que hieran o dañen. No digas cosas que ofendan, que insulten, que humillen, que amenacen o que lastimen a los demás. No digas cosas para descargar tu ira, tu frustración, tu envidia o tu resentimiento. No digas cosas para hacer sentir mal a los demás, ni para hacerte sentir superior. Sé compasivo y empático con el dolor ajeno, y busca soluciones pacíficas a los problemas.
¿Qué beneficios tiene ser impecable con nuestras palabras?
Ser impecable con nuestras palabras tiene muchos beneficios, tanto para nosotros mismos como para los demás. Algunos de ellos son:
- Mejora nuestra autoestima y nuestra confianza. Al hablar bien de nosotros mismos, nos valoramos y nos queremos más. Al hablar bien de los demás, nos ganamos su respeto y su aprecio. Al hablar bien de la vida, nos sentimos más optimistas y esperanzados.
- Mejora nuestra comunicación y nuestras relaciones. Al hablar con claridad, honestidad y respeto, evitamos malentendidos y conflictos. Al hablar con amor y compasión, creamos lazos de amistad y confianza. Al hablar con sabiduría y humildad, aprendemos y enseñamos.
- Mejora nuestra salud y nuestro bienestar. Al hablar con armonía, paz y alegría, liberamos el estrés y la tensión. Al hablar con gratitud, generosidad y bondad, atraemos la abundancia y la prosperidad. Al hablar con belleza, creatividad y magia, manifestamos nuestros sueños y nuestra felicidad.
Ser impecable con nuestras palabras es el primer acuerdo tolteca para una vida feliz. Es un compromiso que debemos asumir con nosotros mismos y con los demás, para usar el poder de las palabras de forma positiva, honesta y constructiva. Al ser impecable con nuestras palabras, creamos una realidad más armoniosa, más amorosa y más feliz para todos.
Aquí tienes algunos ejemplos prácticos del primer acuerdo, sé impecable con tus palabras:
- Imagina que tienes una entrevista de trabajo, y antes de ir te dices a ti mismo: “No voy a conseguir el trabajo, no tengo experiencia, no soy lo suficientemente bueno”. Estas palabras son negativas y te desmotivan. En cambio, si te dices: “Voy a conseguir el trabajo, tengo habilidades, soy valioso”, estas palabras son positivas y te motivan. Al ser impecable con tus palabras, te preparas para el éxito y no para el fracaso.
- Imagina que tu pareja te dice que quiere terminar la relación, y tú te lo tomas personalmente. Te dices a ti mismo: “Es por mi culpa, soy un desastre, nadie me va a querer”. Estas palabras son destructivas y te hacen sufrir. En cambio, si no te lo tomas personalmente, te dices a ti mismo: “No es por mi culpa, soy una persona maravillosa, alguien me va a querer”. Estas palabras son constructivas y te ayudan a superar el dolor. Al ser impecable con tus palabras, te respetas y te quieres, y no te dejas afectar por lo que los demás digan o hagan.
- Imagina que tienes un problema con un amigo, y en vez de hablar con él directamente, haces suposiciones sobre lo que piensa o siente. Te dices a ti mismo: “Seguro que está enfadado conmigo, no me quiere, me va a traicionar”. Estas palabras son falsas y te crean ansiedad. En cambio, si no haces suposiciones, y le preguntas directamente lo que pasa, te dices a ti mismo: “Quizá tenga un mal día, me quiere, me va a apoyar”. Estas palabras son verdaderas y te dan tranquilidad. Al ser impecable con tus palabras, te comunicas claramente y evitas malentendidos y conflictos.
- Imagina que tienes un proyecto que te apasiona, y te comprometes a hacerlo con todo tu esfuerzo. Te dices a ti mismo: “Voy a hacer lo máximo que pueda, voy a aprender y a disfrutar, voy a lograr mi objetivo”. Estas palabras son poderosas y te impulsan a la acción. En cambio, si no te comprometes, y haces las cosas a medias, te dices a ti mismo: “No voy a hacer lo suficiente, voy a aburrirme y a frustrarme, no voy a lograr nada”. Estas palabras son débiles y te frenan. Al ser impecable con tus palabras, te responsabilizas y te orgullezcas de lo que haces, y no te conformas con menos de lo que puedes dar.
Para aplicar estos ejemplos en tu vida diaria, puedes seguir algunos pasos que te ayudarán a ser más consciente de tus palabras y de sus efectos. Por ejemplo:
- Observa tus palabras. Presta atención a lo que dices, cómo lo dices, cuándo lo dices y a quién se lo dices. ¿Tus palabras son positivas o negativas? ¿Son honestas o falsas? ¿Son constructivas o destructivas? ¿Son amorosas o hirientes? ¿Son necesarias o innecesarias?
- Evalúa tus palabras. Reflexiona sobre el impacto que tienen tus palabras en ti mismo y en los demás. ¿Tus palabras te hacen sentir bien o mal? ¿Te motivan o te desmotivan? ¿Te empoderan o te limitan? ¿Tus palabras hacen sentir bien o mal a los demás? ¿Los motivan o los desmotivan? ¿Los empoderan o los limitan?
- Cambia tus palabras. Si tus palabras son negativas, falsas, destructivas o hirientes, trata de cambiarlas por palabras positivas, verdaderas, constructivas o amorosas. Busca la forma de expresar tu verdad con respeto y compasión, sin juzgar ni ofender. Usa palabras que creen y no que destruyan, que sanen y no que hieran, que inspiren y no que desanimen.
- Practica tus palabras. Repite las palabras que te hacen bien y que hacen bien a los demás, hasta que se conviertan en un hábito. Crea afirmaciones positivas que refuercen tu autoestima y tu confianza. Elogia y agradece a los demás por sus cualidades y sus acciones. Bendice y celebra la vida con alegría y gratitud. Habla con belleza, creatividad y magia.
Estos son solo algunos pasos que puedes seguir para aplicar los ejemplos del primer acuerdo en tu vida diaria. Te invito a que los pongas en práctica y que observes los resultados. Verás cómo al ser impecable con tus palabras, tu vida se transforma para mejor. 😊
Si quieres saber más sobre los cuatro acuerdos toltecas, te invito a leer el libro de Miguel Ruiz donde el autor explica el primer acuerdo con más detalle.
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